Izquierdos de autor.




Como aún estamos en la fase Beta, voy a empezar a escribir en este blog con una propuesta: la necesidad de una licencia copyleft.

El copyleft es un tipo de licencia que nace en contraposición al copyright. En ella se sustituye la tan manida frase de "Todos los derechos reservados", por "Algunos derechos reservados". La idea principal es que todo el mundo pueda copiar y distribuir tu obra libremente con algunas condiciones opcionales que puede escoger el autor, como por ejemplo prohibir que se distribuya para un uso comercial o que se copie sin añadir quien es el autor original.

En una estrecha vinculación con el movimiento de cultura libre que empieza a extenderse por Internet, el copyleft puede convertirse en la punta de lanza de la batalla contra los abusos que existen actualmente de los derechos de autor y de las grandes compañías. Y es que, por muy surrealista que parezca, vivimos en una sociedad donde se empieza a plantear la posibilidad de patentar las ideas.

Literatura, fotografía, música, pintura o software son solo algunas de las cosas que podemos encontrar dentro de esta nueva corriente que ha impulsado Internet y las nuevas tecnologías. Algunos pseudos artistas aparecen de vez en cuando por la televisión haciendo una dura crítica a las redes P2P sin pensar que el punto de mira de su odio es la única oportunidad que tienen algunos músicos (sin grandes compañías discográficas a sus espaldas como ellos, claro) de dar a conocer su obra. O el caso de muchas personas que por falta de recursos no tienen la capacidad de acceder a la cultura.

¿Qué hubiera pasado con los cuentos de tradición oral o las grandes obras de la antigüedad que han llegado hasta nuestros días si se hubieran protegido de esta forma?

La constitución española dice:


"Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho."


Y sin embargo, el parlamento español rechazó recientemente implantar software libre en todas sus instalaciones tal y como van a hacer Andalucía, Extremadura, Cataluña y Valencia.

Contra el modelo de negocio arcaico de las grandes multinacionales: Copyleft.