El no nacido

Cuando alguien salió de la placenta y se encontró el mundo, vió las absurdas paredes repletas de hipotecas y como los riñones sudaban, inútilmente, duros compromisos de poder y amor. La madurez resultaba irracional o metaracional, agarrada irremediablemente a noches de insomnio y frustración. La sexualidad no era un juego y los juegos numéricos pasaban a ser bombas de asalto y aniquilación. Las lágrimas lloraban una libertad mordida, insatisfecha y permanente. La arruga de la preocupación no se pregunta, solo responde, no se asombra, solo reconoce. Cuando alguien salió de la placenta, volvió a entrar buscando eternamente la curiosa mirada del no nacido.

2 comentaris:

Santi Ausente ha dit...

El no nacido es ignorante (¿feliz?). Cuando la arruga sólo responde también es por ignorancia.

Sheila ha dit...

El no nacido no es ignorante, solo que sabes cosas que la arruga no sabe y vicebersa. De la misma manera que la arruga dejó la pregunta, porque ya no le sirve para vivir.