"Son las situaciones en las que se altera o dificulta el ponerse de acuerdo las que con más facilidad permiten hacer conscientes las condiciones bajo las que se realiza cualquier consenso. Por ejemplo, resulta particularmente ilustrado el proceso lingüístico en el que por traducción y traslación se hace posible una conversación en dos lenguas distintas. El traductor tiene que trasladar aquí el sentido que se trata de comprender al contexto en el que vive el otro interlocutor. Pero esto no quiere decir en modo alguno que le esté permitido falsear el sentido al que se refería el otro. Precisamente lo que tiene que mantenerse es el sentido, pero como tiene que comprenderse en un mundo lingüistico nuevo, tiene que hacerse valer en él de una forma nueva. Toda traducción es por eso ya una interpretación e incluso puede decirse que es la consumación de la interpretación que el traductor hace madurar en la palabra que se le ofrece."
"Es sabido que no hay nada más difícil que un diálogo en dos lenguas distintas en que cada uno emplea la suya porque entiende la del otro pero no puede hablarla. En tales casos una de las lenguas intenta, como a través de un poder superior, imponerse a la otra como medio para la comunición y el acuerdo."
"Allí donde hay acuerdo no se traduce sino que se habla."
"La conversación es un proceso por el que se busca llegar a un acuerdo. Forma parte de toda verdadera conversación el atender al otro, dejar valer sus puntos de vista y ponerse en su lugar, no en el sentido de que se le quiera entender como la individualidad que es, pero sí en el de que se intenta entender lo que dice. Lo que se trata de recoger es el derecho objetivo de su opinión a través del cual podremos ambos llegar a ponernos de acuerdo en la cosa. Por lo tanto no referimos su opinión a una persona sino al propio opinar y entender. Cuando el otro presente como verdadera individualidad, como ocurre en la conversación terapéutica o en el interrogatorio de un acuerdo, no puede hablarse realmente de una situación de posible acuerdo."
"Lo que uno entinde es que está comprendiendo el texto mismo. Pero esto quiere decir que en la resurrección del sentido del texto se encuentra ya siempre implicadas las ideas propias del interprete. El horizonte de éste resulta de este modo siempre determinante, pero tampoco él puede entenderse a su vez como un punto de vista propio que se mantiene o impone, sino más bien como una opinión y posibilidad que uno pone en juego y que ayudará a apropiarse de verdad lo que dice el texto. Ahora podemos reconocer en ello la forma de realización de la conversación, en la que un tema accede a su expresión no en calidad de cosa mía o de mi autor sino de la cosa común a ambos."
"La tradición escrita no es sólo una porción de un mundo pasado sino que está siempre por encima de éste en la medida en que se ha elevado a la esfera del sentido que ella misma enuncia. Se trata de la idealidad de la palabra, que eleva a todo lo lingüístico por encima de la determinación finita y efímera que conviene a los demás restos de lo que ha sido. Pues el portador de la tradición no es ya tal o cual manuscrito que es un trozo del entonces, sino la continuidad de la memoria. A través de ella la tradición se convierte en una porción del propio mundo, y lo que ella nos comunica puede acceder por sí misma al lenguaje. Allí donde nos alcanza una tradición escrita no sólo se nos da a conocer algo individual sino que se nos hace presente toda una humanidad pasada, en su relación general con el mundo."
"Todo lo que es literatura adquiere una simultaneidad propia con todo otro presente. Comprenderlo no quiere decir primariamente reconstruir una vida pasada, sino que significa participación actual en lo que se dice. En sentido auténtico ésta no es una relación entre personas, por ejemplo, entre el lector y el autor (que por otra parte puede ser completamente desconocido), sino una participación en lo que el texto nos comunica. Allí donde entendemos, el sentido de lo dicho /está-ahí/, con entera independencia de que la tradición nos permita hacernos una idea del autor o de que nuestra instancia sea únicamente la interpetación de la tradición como de una fuente."
"Sin embargo, para la esencia del lenguaje no es en modo alguno secundario el que sea susceptible de escritura. Por el contrario, esta posibilidad de ser escrito resposa sobre el hecho de que el habla misma participa de la idealidad pura del sentido que se comunica en él. En la escritura el sentido de lo hablado está ahó por sí mismo, enteramente libre de todos los momentos emocionales de la expresión y comunicación. Un texto no quiere ser entendido como manifestación vital, sino únicamente respecto a lo que dice. El carácter sentido de una plasmación por escrito es básicamente identificable y repetible. Sólo lo que en la repetición permanece idéntico es lo que realmente estaba puesto en su plasmación escrita. Con ello se hace claro al mismo tiempo que /repetir/ no puede tomarse aquí en sentido estricto; no se refiere a la reconducción de algo a un primum originario en el que algo fue dicho o escrito. La lectura comprensiva no es repetición de algo pasado, sino participación en un sentido presente."
"Con esto nos introducimos en una dimensión que en general es descuidada por la autoaceptación dominante de las ciencias históricas. Por regla general el historiador elige los conceptos con los que describe la peculiaridad histórica de sus objetos sin refleción expresa sobre su origen y justificación. Sigue en esto únicamente a su interés por la cosa, y no se da centa a sí mismo del hecho de que al apropiación descriptiva que se encuentra ya en los conceptos que elige puede estar llena de consecuencias para su propia intención, pues nivela lo históricamente extraño con lo familiar y somete así a los propios conceptos previos la alteridad del objeto, por muy imparcialmente que pretenda comprenderlo. A pesar de toda su metodología científica se comporta de la misma manera que todo aquél que, como hijo de su tiempo, está dominado acríticamente por los conceptos previos y los prejuicios de su propio tiempo."
2 comentaris:
T'ha afectat el Gadamer! Hauràs sucumbit a la sobredosi acadèmica que hem patit aquest semestre sobre aquest vellet? Potser hagis arribat a respectar un filòsof! Fins i tot a admirar el seu pensament!
No m'esperava això de tu, Sheila. Em sento enganyada. M'has mentit tot aquest temps i estic dolguda.
sra. Kreis
Creus que defenso que només hi ha comunicació quan hi ha acord? Gadamer era un vellet que no es comunicava.
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